Draguignan:
Un tribunal del sureste de Francia condenó el viernes a un hombre a 20 años de prisión por violar durante años a su hija adolescente y ofrecerla a extraños para tener relaciones sexuales.
El caso se hace eco del sonado juicio en curso que ha conmocionado a la nación en el que 51 hombres están acusados de violar a Gisele Pellicot, una drogadicta de su marido, para que pudiera invitar a extraños a su casa para abusar de ella.
El padre de 38 años fue condenado por un tribunal regional del sureste de Bhart por forzar sexualmente a su hija cuando tenía 13 años.
La fiscal Estelle Boyce describió cómo el padre ejercía un control total sobre su hija adoptiva.
También le presentó a otros hombres, muchos de ellos mucho mayores, a quienes contactó a través de anuncios clasificados en línea.
El padre afirmó ante otros hombres que tanto él como su hija consintieron en tener fantasías sexuales adultas. Pero fue declarado culpable y sentenciado a un máximo de 20 años de prisión, de acuerdo con las exigencias de los fiscales.
Algunos de los acusados en el caso Pellicott afirmaron que el entonces marido de la víctima, Dominic Pellicott, les dio la misma idea.
También como Dominic Pellicott, indicó el padre en el caso del viernes, participó y filmó actividad sexual que involucraba a su hija, quien tenía los ojos vendados durante el encuentro.
Admitió los cargos, pero afirmó ante el tribunal que tenía una relación romántica con la joven y que ella respondió a su inicio de contacto sexual.
“No se trata de amor, sino de poder y dominio. Él no ama (a su hija), le gusta tener control total sobre ella, ser dueño de ella, obedecerla”, dijo el fiscal Boice.
Pidió a los jurados que encarcelaran a un segundo acusado durante 16 años, el único de los otros hombres que podía ser identificado como la niña.
Como en el caso Pellicott, el segundo acusado, un hombre de unos 60 años y seis hijos, esta vez gracias a la documentación fotográfica y en vídeo del padre sobre los abusos a través de datos de geolocalización.
El segundo acusado dijo al tribunal que lo había engañado la afirmación del padre de que la niña había dado su consentimiento para tres de sus cuatro encuentros con ellos.
En el cuarto, “las cosas salieron mal. En lugar de comportarse como una persona responsable, lo siguió por placer y cerró los ojos”, afirmó su abogado Christophe Mairet.
La niña, que ahora tiene 18 años, estuvo acompañada en la corte por un golden retriever entrenado para consolar a las víctimas de abuso.
Él, al igual que Giselle Pellicote, rechazó la opción de un juicio a puerta cerrada.
Fue la adolescente, que entonces tenía 15 años, quien puso fin a su propio abuso al huir en 2021 después de que la violencia y el abuso de su padre se intensificaran.
Huyeron de su casa en Cavalier-sur-Mer, al sur de la ostentosa ciudad turística de St-Tropez, antes de ser llevados a la policía por un turista.
Su padre bombardeó su teléfono con llamadas y mensajes de texto mientras huía.
(A excepción del titular, esta historia no fue editada por el personal de NDTV y apareció en un canal sindicado).