Cuando comenzó esta serie, escribí en estas páginas la maravillosa entrada de Chris McCausland.
“Impresionante” porque fue la primera persona ciega en asumir este enorme desafío.
En aquel entonces, se lo consideraba una opción interesante, pero difícilmente un contendiente para Glitterball.
Pero, en una hazaña notable, ganó la competencia. Si tuviera un sombrero, se lo inclinaría.
Como alguien que ha enfrentado los mismos desafíos que Chris desde que perdió la vista a los 22 años, conozco su coraje, confianza y, todo hay que decirlo, su capacidad para aceptar y tener éxito, de manera sorprendente.
Chris hizo un esfuerzo adicional y demostró ante millones de televidentes que cualquiera puede competir en igualdad de condiciones con los mejores.
Estoy orgulloso de muchas cosas en mi carrera política. Pero espero haber dado ejemplo no sólo a los jóvenes discapacitados que miran hacia su futuro, sino también a sus padres y, por supuesto, a los empleadores, que son importantes para darles independencia y autosuficiencia.
Eso es lo que Chris está haciendo por una nueva generación.
Cuando comenzó esta serie, escribí en estas páginas la maravillosa entrada de Chris McCausland.
Ganó el concurso con logros sobresalientes. Si tuviera un sombrero, se lo inclinaría.
Como alguien que ha enfrentado los mismos desafíos que Chris desde que perdió la vista a los 22 años, conozco el coraje, la confianza y las habilidades que necesitaba para lograr y tener éxito.
Demostró que se puede tomar algo que sería difícil para cualquiera y convertirlo en un éxito.
No por patrocinio, algo que ni el handicap ni el competidor quieren.
No, lo que Chris ha demostrado es habilidad: no olvidemos que obtuvo un 37 sobre 40 para el American Smooth en Blackpool.
Un entusiasta seguidor del Liverpool FC, el vals final de Chris con You Never Walk Alone, cantado por Gerry y el equipo de marcapasos, fue particularmente conmovedor, ya que para muchas personas con discapacidad visual, la vida puede ser a veces solitaria.
Pero Chris ha ampliado un horizonte de oportunidades, demostrando que, más allá de las probabilidades, los obstáculos se pueden superar contra viento y marea.
Con su buen humor y su negativa a aceptar un no por respuesta, Chris muestra cómo, si estás comprometido y dispuesto a aprender (y tienes el socio adecuado), a veces puedes hacer que lo imposible parezca normal.