El multimillonario Elon Musk pretende establecer un asentamiento humano en Marte en las próximas tres décadas. Los expertos, sin embargo, han cuestionado su viabilidad.

¿Podrán los humanos sobrevivir en el ambiente hostil de Marte? ¿Cómo superamos desafíos como el suelo tóxico, la gravedad débil y la alta radiación? En su libro premiado, Una ciudad en Marte: ¿Podemos arreglar el espacio? ¿Deberíamos arreglar el espacio? ¿Realmente lo hemos pensado bien? Los autores Kelly y Jack Weinersmith exploran estas cuestiones críticas y concluyen que la visión del director ejecutivo de SpaceX no es realista.

El libro, publicado en noviembre de 2023 y ganador del premio Trivedi Science Book Award de la Royal Society en 2024, explora las sombrías realidades de vivir en Marte. “Dejar una Tierra 2 grados más cálida por Marte sería como dejar una casa desordenada para vivir en un vertedero de desechos tóxicos”, dijeron los autores.

Kelly Weinersmith, bióloga de la Universidad Rice, y su marido, el coautor Jack Weinersmith, caricaturista, describen los principales obstáculos para la supervivencia humana en Marte. La delgada atmósfera del planeta, los altos niveles de radiación y el suelo tóxico lleno de perclorato plantean serias amenazas para la salud humana. La exposición prolongada puede provocar alteraciones hormonales y anomalías del desarrollo, especialmente en los niños.

Además, la débil gravedad de Marte (sólo el 40 por ciento de la de la Tierra) puede empeorar la pérdida ósea y la atrofia muscular, haciendo que el parto y otros procesos biológicos sean potencialmente desastrosos. “Tenemos muy pocos datos relevantes sobre cómo les iría a los adultos, y mucho menos cómo les iría a los niños”, dijo Kelly. cnn en una entrevista

Según los autores, Marte carece de un campo magnético fuerte y tiene una atmósfera delgada, lo que ofrece poca protección contra la radiación cósmica y solar. La exposición prolongada puede aumentar el riesgo de cáncer y provocar deterioro cognitivo. El planeta también experimenta tormentas de polvo globales, fluctuaciones extremas de temperatura y partículas peligrosas en el aire, como el regolito, que pueden dañar los equipos y las personas. El aislamiento de Marte (a una media de 225 millones de kilómetros de la Tierra) implica retrasos en las comunicaciones de hasta 24 minutos en cada sentido. Este aislamiento puede empeorar los problemas de salud mental y limitar la capacidad de gestionar emergencias.

El autor destaca la falta de un marco jurídico claro para la fijación de lugares. Aunque el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967 proporciona directrices vagas, no aborda las preocupaciones modernas sobre el uso de recursos o las reclamaciones territoriales. Con el aumento de las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, los autores predicen una posible carrera espacial por los recursos y el territorio de Marte.

La visión de Elon Musk de una colonia autosuficiente para un millón de personas se basa en tecnología avanzada, incluidos sistemas agrícolas de circuito cerrado e infraestructura sólida para combatir el duro entorno marciano.

Sin embargo, los Weinersmith afirman que estos sistemas están en su infancia. “Si lo vas a hacer, será el lento trabajo de generaciones llegar a un punto en el que podamos ser autosuficientes en Marte”, dijeron al medio.

Aunque los autores se muestran escépticos sobre la colonización de Marte, apoyan el creciente progreso en la exploración espacial. “Me gustaría ver, por ejemplo, un centro de investigación en la luna donde tengamos una colonia de ratones y veamos cómo les va cuando pasan por algunas generaciones. Tal vez en nuestra vida veamos personas aterrizar en Marte, explora un poco y regresa a casa. Vamos, puede suceder”, aconsejó la Sra. Kelly.

Los autores advierten contra apresurarse a implementar planes de asentamiento a gran escala sin comprender plenamente los riesgos.

Por ahora, el sueño de Musk sobre Marte puede seguir siendo sólo un sueño.


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