Desde la Atlántida hasta El Dorado y Avalon, la leyenda nos dice que el mundo está salpicado de tierras perdidas que alguna vez enfrentaron un dramático declive.
Si bien estos generalmente se consideran mitos de invención, un nuevo estudio revela evidencia de un “mundo perdido” bajo el Océano Pacífico.
Científicos de ETH Zurich y el Instituto Tecnológico de California (Caltech) han encontrado estructuras masivas en las profundidades de las aguas del Pacífico que “no deberían existir”.
Este elemento misterioso, que está provocando que las ondas sísmicas en la región se comporten de manera extraña, podría ser evidencia de tierra perdida hace millones de años.
Según la teoría científica actual, “no debería encontrarse” material inusual en el manto inferior, a unas 600 millas (1.000 kilómetros) bajo el agua.
Descritos como un “gran misterio”, los hallazgos desafían “nuestra comprensión actual de cómo funciona la Tierra”, según los investigadores.
“Determinar la estructura de la Tierra es de suma importancia para desentrañar su dinámica interna”, dijo el equipo en su artículo. Informe científico.
“Estos hallazgos sugieren un origen más diverso para esta anomalía en el manto inferior de la Tierra”.
Utilizando un nuevo modelo, los investigadores descubrieron regiones en el manto inferior de la Tierra donde las ondas sísmicas viajan más lento (rojo) o más rápido (azul) y no pueden provenir de placas subducidas. La gran región azul del Pacífico occidental (justo encima del centro de la figura) era desconocida hasta ahora.
Desde la Atlántida hasta El Dorado y Avalon, la leyenda nos dice que el mundo está salpicado de tierras perdidas que alguna vez enfrentaron un dramático declive. Imagen, una imagen de la Atlántida.
La Tierra consta de tres capas: corteza, manto y núcleo, que luego se dividen en “interna” y “externa”.
El problema es que nadie puede ver el interior de la Tierra ni perforar lo suficientemente profundo como para tomar muestras de rocas del manto.
En cambio, los científicos estudian el movimiento de las ondas sísmicas (vibraciones causadas por terremotos y explosiones) a medida que viajan por el interior del planeta.
Las estaciones sismográficas registran estas ondas y, a partir de estas grabaciones, los expertos pueden tomar decisiones sobre la estructura y composición de la Tierra.
“Esto es muy similar a cómo los médicos utilizan el ultrasonido para obtener imágenes de órganos, músculos o venas dentro del cuerpo sin abrirlos”, dijo ETH Zurich.
También es bien sabido que la litosfera de la Tierra, su capa rocosa más externa, que consta del manto y la parte superior de la corteza, está formada por unas 15 placas tectónicas.
La actividad sísmica se puede detectar a lo largo de los límites de las placas tectónicas, donde las placas rozan entre sí.
Pero en la antigüedad, grandes placas desaparecieron en el manto de la Tierra por “subducción”.
La Tierra consta de tres capas: corteza, manto y núcleo, que luego se dividen en “interna” y “externa”. Un estudio reciente también sugiere la existencia de un “núcleo interno”
Estos inusuales hallazgos, descritos como un “gran misterio”, desafían “nuestra comprensión actual de cómo funciona la Tierra”. En esta imagen, A y B muestran las ubicaciones de las estaciones sísmicas a lo largo del Océano Pacífico. C a F muestran anomalías de las ondas sísmicas en una vista de mapa convencional y como secciones transversales
Este es el proceso geológico en el que un extremo de una placa se coloca debajo de otro y, con el tiempo, se puede perder una placa entera.
En el pasado, los sismólogos han localizado placas tectónicas en subducción a lo largo del manto terrestre, pero siempre han estado bajo zonas de subducción.
En el nuevo estudio, los investigadores de ETH Zurich y Caltech utilizaron una técnica computacional llamada “inversión de forma de onda completa” para crear una imagen 3D de la Tierra utilizando datos de ondas sísmicas.
Identificaron áreas debajo del Océano Pacífico que parecen ser restos de una placa subducida, pero no hay evidencia geológica de subducción pasada lejos del límite de la placa.
El Océano Pacífico es una placa grande, por lo que no debería haber material de subducción debajo de ella.
Esto sugiere que las discordancias no son placas subducidas perdidas. Sin embargo, qué es el material, o qué significa para la dinámica interna de la Tierra, es un misterio.
“Es como un médico que examina la circulación sanguínea con ultrasonidos desde hace décadas y encuentra arterias donde las espera”, afirma el coautor, el profesor Andreas Fichtner, sismólogo de la ETH Zurich.
La actividad sísmica se puede detectar a lo largo de los límites de las placas tectónicas, donde las placas rozan entre sí. Pero en la antigüedad, grandes placas desaparecieron en el manto de la Tierra por “subducción”.
El Océano Pacífico es una placa grande, por lo que no debería haber material de subducción debajo de ella. Los límites de las placas se muestran aquí en rojo.
‘Entonces, si le das una herramienta de prueba nueva y mejor, de repente ve una arteria en la cadera que en realidad no está allí. Eso es exactamente lo que sentimos acerca de la nueva búsqueda.’
Sin embargo, los investigadores presentan varias teorías detrás de la anomalía, que requerirían más información de las ondas (no sólo su velocidad) para sacar conclusiones sólidas.
Pueden ser materiales antiguos ricos en sílice que han estado allí desde la formación del manto hace unos cuatro mil millones de años.
Alternativamente, pueden ser regiones donde se depositaron rocas ricas en hierro como resultado del movimiento del manto durante miles de millones de años.
“Existen diversas explicaciones posibles para la detección de anomalías positivas en la velocidad de las ondas, además de la presencia de placas subducidas en el manto (inferior) de la Tierra”, concluyen en su artículo.
“Nuestra investigación subraya el importante papel de la inversión completa de la forma de onda como herramienta esencial en la exploración del manto”.