Un activista enmascarado destrozó una estatua de cera del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en la Ciudad de México. El trabajador primero colocó una bandera palestina en el suelo, vertió pintura roja sobre la estatua y luego le golpeó la nariz y la cara.
Luego lo arrojó al suelo y se alejó gritando: “Viva Palestina, viva Sudán, viva Yemen, viva Puerto Rico”. Figuras de cera de la familia real británica también eran visibles en videos compartidos en línea.
El Museo de Cera, fundado en 1979, alberga más de 260 esculturas de cera de figuras de la política, el deporte y el entretenimiento.
Las fotos compartidas por el movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) en México mostraban la estatua rota boca abajo en el suelo.
BDS México se distanció del hombre y dijo: “No sabemos quién lo hizo”, pero cuestionó la decisión del museo de exhibir una estatua de Netanyahu, calificándolo de “maníaco genocida”.
La ley generó duras críticas por parte de la embajada de Israel en México. “El ataque a la estatua del primer ministro Benjamín Netanyahu es un acto atroz que envía un peligroso mensaje de violencia, intolerancia y odio que está más allá de toda crítica legítima”, dijo en un comunicado. Los tiempos de Israel. La embajada defendió las acciones de Israel en Gaza como una “lucha justa contra una organización terrorista cuyas acciones brutales han costado la vida a innumerables civiles, incluidos ciudadanos mexicanos”.
Hicieron un llamado a las instituciones culturales mexicanas a tomar medidas para evitar actos vandálicos similares en el futuro.
Benjamin Netanyahu ha enfrentado críticas internacionales por presuntos crímenes de guerra en Gaza, y la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto en su contra.
La guerra de Israel contra Gaza ha entrado en su decimosexto mes, dejando la estrecha franja en ruinas y gran parte de la población desplazada internamente y enfrentando escasez de alimentos. Ni siquiera se salvaron los campamentos para albergar a los ya heridos y desplazados. La guerra de Netanyahu, que fue una represalia por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, ha matado hasta ahora a más de 46.000 personas, la gran mayoría de ellas mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.