Nueva Delhi:
La agencia de inteligencia de élite de Israel, Mossad, reclutó a agentes de seguridad iraníes para colocar explosivos en un edificio en Teherán donde se alojaba Ismail Haniyeh, el líder político del grupo armado palestino Hamas, informó The Telegraph. Informe.
El plan inicial era matar a Haniyeh durante una visita a Teherán en mayo para el funeral del ex presidente iraní Ibrahim Raisi. Según dos funcionarios iraníes que hablaron con The Telegraph, la operación fue cancelada debido a la abrumadora multitud, lo que planteaba un alto riesgo de fracaso.
Entonces hubo que cambiar la operación. Dos agentes, actuando bajo la dirección del Mossad, colocaron artefactos explosivos en tres habitaciones separadas de una casa de huéspedes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) en el norte de Teherán. Esta ubicación fue elegida estratégicamente porque era probable que Haniyah estuviera allí.
¿Cómo funciona el Mossad?
Con un presupuesto anual de 3.000 millones de dólares y una plantilla de 7.000 personas, el Mossad es la segunda agencia de inteligencia más grande de Occidente después de la CIA.
El Mossad tiene varias divisiones, pero los detalles de su estructura interna están en su mayoría ocultos. Es una red de informantes y agentes no sólo dentro de los grupos militantes palestinos, sino también en países hostiles como el Líbano, Siria e Irán. Las vastas redes de espionaje de las agencias de inteligencia les brindan un conocimiento íntimo de los movimientos de los líderes militantes, lo que les permite llevar a cabo asesinatos precisos cuando sea necesario.
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La División de Operaciones Especiales, también conocida como Metsada, lleva a cabo operaciones altamente sensibles de asesinato, sabotaje, guerra paramilitar y psicológica.
Operación para erradicar Haniyeh
Según The Telegraph, las imágenes de vigilancia capturadas por funcionarios iraníes mostraron a los agentes moviéndose sigilosamente, entrando y saliendo de varias habitaciones en cuestión de minutos. Una vez colocados los dispositivos, salen de Irán sin ser detectados, pero mantienen un origen dentro del país. Temprano por la mañana del miércoles, a las 2 a.m., los agentes detonaron explosivos de forma remota en la habitación donde vivía Haniyah.
La explosión mató a Haniyeh, que se encontraba en Teherán para asistir a la toma de posesión del presidente Massoud Pezeshkian. El asesinato fue confirmado por funcionarios del IRGC, que ahora creen que el Mossad reclutó agentes de la unidad de seguridad Ansar-al-Mahdi, un grupo responsable de proteger a funcionarios de alto rango dentro y fuera del país.
“Esto es humillante para Irán y una enorme violación de la seguridad”, dijo un funcionario del IRGC a The Telegraph. Se ha establecido un grupo de trabajo especial para diseñar estrategias para mitigar la percepción de estas violaciones, añadió el funcionario.
Posibles efectos
En respuesta a estas violaciones, el IRGC está considerando sus opciones de represalia. Se dice que la principal opción que se está evaluando es un ataque directo a Tel Aviv, en el que potencialmente participen Hezbollah y otros representantes iraníes.
Desde la Revolución Islámica de 1979 que trastornó la estructura política y social de Irán, el país ha hecho un esfuerzo consciente para extender su influencia en todo el Medio Oriente con grupos proxy.
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La Fuerza Quds, una de las cinco ramas del IRGC, que se especializa en inteligencia y operaciones encubiertas, sirve como principal punto de contacto para estos grupos proxy, proporcionándoles armas y entrenamiento para reforzar la agenda regional de Irán.
El momento del asesinato, que coincidió con el primer día en el cargo del presidente Pezheshkian, generó dudas sobre su motivo. Durante su campaña, el presidente Pezheshkian prometió retirarse de las políticas provocadoras de la República Islámica y restaurar la posición de Irán mediante el diálogo.
El presidente Pezheshkian, un veterano legislador y cirujano cardíaco, ha apoyado durante mucho tiempo las reformas tanto nacionales como internacionales en Irán. Su victoria en las recientes elecciones fue vista como un llamado al cambio, ya que se produjo tras el descontento general con las políticas de línea dura de sus predecesores. Pero la dinámica de la política iraní, donde los partidarios de la línea dura todavía controlan a la mayoría y el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, conserva la máxima autoridad, pondrá a prueba la capacidad de Pezeshkian para implementar su visión.