Luigi Mangioni, quien fue arrestado acusado de asesinar al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, nunca fue cliente de la compañía de seguros médicos, dijo un funcionario del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD). Según la policía, el graduado de la Ivy League, de 26 años, pudo haber matado al director ejecutivo debido al “tamaño e influencia” de la empresa, informó NBC.
El jefe de detectives, Joseph Kenney, dijo que Mangione estaba al tanto de que la conferencia anual de inversores de la compañía se celebraría en un hotel de Manhattan el 4 de diciembre, el día del crimen.
“No tenemos indicios de que alguna vez haya sido cliente de UnitedHealthcare, pero señaló que es la quinta corporación más grande de los Estados Unidos, lo que la convertiría en la compañía de atención médica más grande del país. Probablemente por eso apuntó a la compañía. …Él tenía conocimiento previo. Esa conferencia se llevará a cabo en esa fecha, en ese lugar”, dijo Kenney a NBC.
Mangione disparó contra el director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, el 4 de diciembre y ha estado prófugo desde entonces. El graduado de la Universidad de Pensilvania dirigió a la policía en una persecución de cinco días, tras la cual fue arrestado en un McDonald’s en Pensilvania. Actualmente se encuentra detenido y enfrenta múltiples cargos, incluido el de asesinato. A Mangioni se le negó la libertad bajo fianza en una audiencia de extradición el miércoles en el tribunal del condado de Blair en Pensilvania.
El sospechoso fue arrestado con un manifiesto en el que acusaba a las compañías de seguros de salud de anteponer la codicia corporativa al bienestar humano, lo que llevó a teorías de que pudo haber matado al director ejecutivo por frustración con el proveedor de seguros. Según los informes, la policía también encontró algunos de los escritos de Mangione sobre su deseo de utilizar un arma para apuntar al director ejecutivo de una importante corporación.
La policía de Nueva York recuperó un arma impresa en 3D de Mangione, que coincidía con tres casquillos encontrados en la escena del crimen. Cada bala en los casquillos de 9 mm tenía escritas las palabras “retrasado”, “denegado” y “excluido”, el título de un libro que critica la industria de seguros.