Lavarse el cabello en el salón es, para la mayoría de las personas, un agradable momento de relajación.
Pero un médico advirtió a los consumidores que lavarse el cabello puede provocar accidentes cerebrovasculares potencialmente mortales si no tienen cuidado.
El Dr. Arun Naik, un neurocirujano consultor con sede en la India, recurrió a su página de Instagram para identificar los peligros de doblar el cuello mientras se bucea.
Las posiciones incómodas pueden estrechar o dañar las arterias del cuello, El explicóque puede restringir el suministro de sangre al cerebro.
En casos menos graves, puede provocar sensaciones desagradables como mareos, visión borrosa, entumecimiento y dificultad para hablar.
Pero si las arterias se aplastan durante mucho tiempo, puede provocar un derrame cerebral fatal, dijo el Dr. Naik a sus 52.000 seguidores.
“Aquellos con antecedentes de presión arterial alta, diabetes o problemas de cuello tienen un mayor riesgo”, añadió.
Los médicos han acuñado el fenómeno “Síndrome de accidente cerebrovascular en salones de belleza”: el primer caso se informó en los EE. UU. en 1993.
Desde entonces, se han documentado varios ejemplos en la literatura médica, incluido uno mujer de 50 años Al principio se confundió el “accidente cerebrovascular en el salón de belleza” con problemas intestinales.
Adele Burns, madre de dos hijos, de Glasgow, sufrió un derrame cerebral en un salón de belleza en 2016 después de que un tratamiento de color requiriera que le lavaran el cabello seis veces. No pudo hablar, ver ni moverse durante 24 horas.
En otro caso, Elizabeth Smith, de San Diego, afirmó que sufrió un derrame cerebral porque el cuenco o la silla no estaban ajustados a su pequeña estructura, lo que provocó que su cuello se extendiera demasiado.
Los asistentes frecuentes a la peluquería deben tener en cuenta algunos consejos clave que evitarán el “síndrome del accidente cerebrovascular en el salón de belleza”, aconseja el Dr. Naik.
Primero, asegúrese de que su cuello esté adecuadamente apoyado mientras descansa en el lavabo del salón.
El Dr. Naik recomienda colocar una toalla o un cojín debajo del cuello para evitar que el cuello se incline demasiado hacia atrás y se “hiperextienda”.
También puede ser útil ajustar el sillón del salón o bajar la altura del fregadero para que el cuello no se estire demasiado hacia atrás.
Otro consejo importante es simplemente tomar descansos. El Dr. Naik sugiere cambiar la posición para aliviar la tensión del cuello.
Pero también debe estar atento a los síntomas del accidente cerebrovascular: entumecimiento o debilidad repentina de la cara, los brazos o las piernas, especialmente en un lado del cuerpo, confusión, visión borrosa, mareos y dolor de cabeza.
Si experimenta alguno de estos síntomas inusuales durante o después de lavarse el cabello, notifique al estilista y busque atención médica de inmediato.
El Dr. Arun Naik, neurocirujano afincado en la India, sugiere colocar una toalla o un cojín debajo del cuello para evitar que el cuello se incline demasiado hacia atrás y evitar la ‘hiperextensión’.
Los síntomas de un accidente cerebrovascular generalmente se recuerdan con este acrónimo de cuatro letras, FAST. Los pacientes que sufren un derrame cerebral a menudo tienen la cara caída, dificultad para levantar ambos brazos y dificultad para hablar, mientras que el tiempo es esencial, ya que el tratamiento oportuno de un ataque isquémico transitorio (AIT) o un derrame cerebral menor puede reducir significativamente el riesgo. Un derrame cerebral muy grave
El Dr. Naik agrega que si tiene antecedentes de problemas en el cuello o en los vasos sanguíneos, debe informar al personal del salón y elegir técnicas alternativas para lavarse el cabello, como usar un rociador de mano mientras está sentado.
El accidente cerebrovascular afecta a más de 100.000 británicos cada año y se cobra 38.000 vidas.
Esto lo convierte en la cuarta causa de muerte y una de las principales causas de discapacidad en el Reino Unido.
Alrededor de 800.000 personas en Estados Unidos resultan heridas cada año, lo que provoca 137.000 muertes.
Este problema ocurre cuando se corta el suministro de sangre al cerebro, lo que mata las células cerebrales.
El daño puede provocar una discapacidad a largo plazo, afectar la forma en que las personas piensan y sienten y, en el peor de los casos, resultar fatal.