Washington DC:

Sun Tzu, general militar, estratega y filósofo chino que vivió alrededor del siglo V a. C., es mejor conocido por su famoso libro “El arte de la guerra”. En él escribió un proverbio muy conocido en el mundo aún hoy: “Mantén cerca a tus amigos, pero cerca a tus enemigos”. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, parece haber seguido el ejemplo de Sun Tzu cuando invitó al presidente chino, Xi Jinping, a su toma de posesión en Washington DC el 20 de enero.

El presidente Xi, que probablemente también esté familiarizado con las obras de Sun Tzu, leyó la invitación de Donald Trump y la rechazó cortésmente, según los últimos informes.

La decisión sin precedentes de Donald Trump de invitar al presidente chino sorprendió a muchos funcionarios en Washington y más allá. “Ningún líder extranjero ha asistido jamás a la toma de posesión de un presidente de Estados Unidos”, dijo el Departamento de Estado de Estados Unidos horas después de buscar registros oficiales que se remontan a 1874.

“Sin embargo, es común que embajadores y otros diplomáticos asistan a las tomas de posesión presidenciales”, añadió el Departamento de Estado estadounidense.

En medio de todo el ajetreo y el bullicio en la Casa Blanca (y el caos detrás de escena), la portavoz de Donald Trump, Carolyn Levitt, decidió conceder una entrevista a Fox News. Al confirmar la invitación de Xi Jinping, la Sra. Levitt dijo: “Este es un ejemplo de cómo el presidente Trump crea un diálogo abierto con líderes de países que no son sólo aliados, sino también nuestros adversarios y competidores”.

También dijo que se envió una invitación a la ceremonia de juramento de Donald Trump a varios otros líderes extranjeros además de Xi Jinping, pero no reveló quiénes eran. Aún no se sabe si estas “otras invitaciones” fueron enviadas a Xi Jinping el mismo día en que fueron extendidas, o después de que Washington conociera la decisión del presidente chino de no asistir.

Mientras tanto, en el otro lado del planeta, los funcionarios de Beijing guardan silencio sobre el asunto. Sin embargo, el presidente Xi advirtió a Washington el martes sobre una esperada guerra arancelaria, comercial y tecnológica después de que Trump asuma la presidencia. Anticipándose a los problemas económicos en las próximas semanas y meses, el Presidente Xi celebró una reunión clave en Beijing con los jefes de 10 importantes organizaciones internacionales, entre ellas el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“No habrá ganadores”, advirtió a Estados Unidos en su discurso en la reunión, mientras hablaba de los aumentos de aranceles, las prohibiciones tecnológicas y las congelaciones comerciales que Donald Trump prometió imponer a China durante su campaña electoral.

Con tal guerra de palabras y posturas agresivas tanto por parte de Trump como de Xi, la decisión del primero de invitar al presidente chino a su toma de posesión parece realmente equivocada y bastante inusual.

Donald Trump ha cambiado su opinión sobre Xi Jinping: en una ocasión lo llamó “un gran hombre” y en otra lo describió como su némesis. Se ha enviado una invitación, por un lado como aliado, mientras que, por el otro, China es considerada la “mayor amenaza”.

Hablando sobre el presidente Xi en su podcast preelectoral con Joe Rogan, Trump dijo: “Gobierna a 1.400 millones de personas con mano de hierro. Quiero decir, es un tipo brillante, te guste o no”. Pero en otras dos entrevistas, llamó a Xi Jinping “la mayor amenaza para el mundo” e identificó a China como la “amenaza del siglo”.

Donald Trump también nombró a Marco Rubio como su secretario de Estado y a Mike Walz como su asesor de seguridad nacional, ambos críticos acérrimos de China que han observado con dureza cada movimiento de Beijing, hasta el punto de que el gobierno chino ha impuesto sanciones. Marco Rubio, y le prohibió volver a ingresar al país en 2020; Beijing tendrá que reconsiderar algunas cosas cuando asuma el cargo de secretario de Estado.

Semanas antes de que la administración Trump asumiera el cargo, el designado de la NSA, Mike Waltz, ya había pedido al presidente electo Trump que “ponga fin rápidamente al conflicto en Ucrania y Medio Oriente para abordar la mayor amenaza que representa el Partido Comunista Chino”.

Todos los ojos están ahora puestos en cuál será el próximo paso de Trump después de que se rescinda la invitación y cuál será la respuesta de Xi Jinping. El final del juego está lejos de la vista.



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